Después de una rápida conversación en la emisora, confieso que quise conocer sobre este cantautor panameño que hemos visto encajar bien en cada proyecto en el que participa. Si bien es cierto que su experiencia recorre desde el teatro hasta la televisión, su pasión, sin duda alguna, es la música. Con su carrera en ascenso, no dude en abordarlo antes de que se sumerja en la promoción de su nuevo sencillo, que lleva como título un juego de palabras: “El Lunes que llegue a Marte”, que seguro por estos días han escuchado en las estaciones de radio y televisión.
Como él mismo lo reconoce, la cima puede estar cerca, pero no es nada fácil posicionarse en ella. Realizarse como artista en Panamá y vivir de ello, conlleva mucho sacrificio y dedicación, ya que gran parte del tiempo se va en tocar puertas y lograr el apoyo de tus pares o de quienes organizan los eventos, para que haya una real exposición de tu trabajo.
El camino a consolidarse en el mercado local no ha sido sencillo para este cantautor pero gracia a su talento y carisma se ha ganado un espacio en el gusto del exigente público de nuestro país.
Como consecuencia del auge del reggaeton en Panamá, los artistas y agrupaciones del pop y rock han sido desplazados a un segundo plano. Aunque ambos géneros gustan localmente, nuestro
protagonista alega que falta salir a probar suerte en otros mercados y demostrar que de música los panameños sabemos bastante, y tenemos suficientes talentos para cubrir la demanda musical.
Nacido con melodía en su llanto, desde pequeño Bordanea estuvo rodeado de músicos, empezando por la mujer que le dio la vida, a quien le atribuye su gusto por la música. Su madre ha sido fuente de inspiración para un tema musical que interpreta junto a su hermana Roseta, quien comparte su tiempo entre las tablas y la televisión. A través de este nostálgico tema que los une en el escenario, demuestran cual fue la mejor herencia que les legó su madre. Luego de presentar el pasado mes de enero el primer tema que se desprende de su segunda producción discográfica, a la que nombró Camaleón, Juampi (como cariñosamente le llaman sus amigos) recuerda como si fuera ayer la primera vez que subió a un escenario a los 14 años. Fue para participar en el Festival de Talento Juvenil 20- 30 y de inmediato marcó su camino al éxito al obtener el primer lugar. . Ese episodio selló su destino: “ahí empieza todo”.
El “todo” al que se refiere este colonense, es su día a día, mantenerse activo en el medio, produciendo jingles y campañas publicitarias, realizando programas de televisión, locuciones para radio y mercadeando artículos promocionales creados por el.
Se describe como: “un pelao normal, con grandes metas y sueños que cumplir.”
Cuando conoces a fondo a Juan Carlos Bordonea, no puedes ignorar su buena vibra, energía incansable, su humildad y amplia sonrisa, que lo convierten en un hombre que predica vivir cada momento, aprender de las experiencias y amar intensamente; una forma de vida con la que crece como artista y alimenta de inspiración su música.
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