jueves, 23 de diciembre de 2010

El Retrato enmarcado


Ayer desempolve un conocido porta retrato y aunque en estos días no suelo exhibir mis recuerdos congelados, me pareció buena idea rebuscar la mejor imagen para que reinara en dicho espacio.

Parece que cada cierto tiempo lo que uno considera especial cambia, en mi caso no es una constante y prácticamente se desvanece sin dejar rastro para que me encariñe nuevamente.

De pronto ya tenia una nueva historia que recordar en 5x7 pero también con ella llego el cansancio del sinnúmero de flashes que me han cegado, no es que ahora hubiera abierto los ojos pero al menos tenia unos segundos sin estar encandilada.

Pensé en lo que realmente me gustaría y es que una de esas imágenes se quedara más fija que el cuadro por cuadro y que no tuviera la necesidad de ser suplantada y enterrada en el limbo de mi pasado.

Pero lo raro es que no ha llegado la foto especial a la cual cómodamente y sin error a equivocarme permaneciera entre la madera decorativa. Seria interesante ver como esa silueta se pegara al vidrio y que si algún día la quitara quedaran vestigios de que allí estuvo.

En esta época en particular, fin de año, muchas personas consideran que es excelente para meditar, reflexionar y darle una repasada a sus acciones, coincido que es necesario para empezar limpio y sin rencor a uno mismo para el nuevo año. Acepto entonces mi responsabilidad con aquel marco y prometo que si hay que cambiar algo le daré un respiro y esperare una buena imagen iluminada, balanceada con profundidad, espontánea y por supuesto que sea del tamaño justo para no tener que forzarla a que quede bien.

Este porta retrato es mi pequeña vitrina, parte del entorno, no una simple decoración. Se ha fusionado en uno con mis mejores recuerdos, los mas importantes y especiales pero ya esta flojo y débil hablando del soporte de su base porque a pesar que es de la mejor calidad con el tiempo y constantes cambios le esta costando mantenerse de pie, ha habido veces que lo he visto a punto de caer y frágil apariencia pero luego me asombra que no pase nada y que siga alli pese que en ese lugar le da la brisa, le salpica la lluvia y le pega el sol. El tiene esa actitud en la que se parece a mi de que no importa lo hostil del ambiente y quien venga y quien vaya todo es pasajero y no hay nada a que apegarse por eso siempre sera mi retrato enmarcado.

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